- Manel -

Aniversari

Cumpleaños

Se relata la típica celebración familiar de cumpleaños de una niña. Ella está a punto de soplar las velas. El cantante sólo sueña con hacerse pequeño, entrar en los ojos de la niña y ver cuál es su deseo, estar con ella hoy que se hace mayor. Nostálgica y entrañable.

Els llums s’han apagat.

Han tret el pastís.

Aplaudien els pares, els tiets

i els amics, tots alhora,

agrupats en un únic crit:

"que demani un desig,

que demani un desig!".

I tu, nerviosa, com sempre que

et toca ser el centre d'atenció,

has fixat els ulls

en un punt imprecís

del menjador.

Un segon, dos segons,

tres segons, quatre

i cinc.

 

Els teus ulls cavalcaven

buscant un desig,

les espelmes cremaven

i alguns dels amics

t’enfocaven amb

càmeres de retratar,

una veu comentava:

“ai, què guapa està!”.

I jo, en el fons, m’acabava

el culet de la copa decidit

a trobar un raconet adecuat

per fer-me petit, petit,

del tamany d’una mosca,

del tamany d’un mosquit.

 

Per a, un cop empetitit,

sota els tamborets

i la taula allargada

pels dos caballets,

fer-me pas amb prudència

per un entramat

de sabates d’hivern,

de confeti aixafat.

I esprintar maleint la llargada

dels mes nous passets,

i amagar-me entre

un tap de suro i la paret,

just a temps que no em mengi

el collons de gatet.

 

I escalar les sanefes

del teu vestit,

i falcar el peu esquerre

en un descosit,

i arribar-te a l’espatlla

i seure en un botó,

i agafar un pelet d’aire

i amb un saltiró

enganxar-te un cabell

i impulsar-me

en un últim salt final,

i accedir al teu desig

travessant la paret

del llagrimal.

Ara un peu, ara un braç,

ara el tors, ara el cap.

 

I ja dins del desig

veure si hi ha bon ambient,

repartir unes targetes,

ser amable amb la gent.

I amb maneres de jove

discret i educat

presentar els meus respectes

a l’autoritat.

Escoltar amb atenció

batalletes curioses

als més vells.

Fer-me fotos gracioses

amb altres il·lustres viatgers

i amb un home amb corbata

que no sé qui és.

 

I en el núvol de somnis

que tens a l’abast,

i entre d’altres que, ho sento,

pero ja mai viuràs,

detectar un caminet

que m’allunyi del grup

o una ombreta tranquila

on, desapercebut,

estirar-me una estona

i per fi relaxar-me

celebrant el plaer indescriptible

que és estar amb tu

avui que et fas gran.

 

Mentre fora de l’ull

les espelmes es van apagant...

 

Las luces se han apagado.

Han sacado el pastel.

Aplaudían los padres, los tíos

y los amigos, todos a la vez,

agrupados en un grito:

"¡que pida un deseo,

que pida un deseo!".

Y tú, nerviosa, como siempre que

te toca ser el centro de atención,

has fijado los ojos

en un punto impreciso

del comedor.

Un segundo, dos segundos,

tres segundos, cuatro

y cinco.

 

Tus ojos cabalgaban

buscando un deseo,

las velas quemaban

y algunos de los amigos

te enfocaban con

cámaras de fotos,

una voz comentaba:

"ay, ¡qué guapa está!".

Y yo, en el fondo, me acababa

el culillo de la copa decidido

a encontrar un buen rincón

para hacerme pequeño, pequeño,

del tamaño de una mosca,

del tamaño de un mosquito.

 

Para que, una vez hecho pequeño,

bajo los taburetes

y la mesa alargada

por los dos caballetes,

abrirme paso con prudencia

por un entramado

de zapatos de invierno,

de confeti aplastado.

Y esprintar maldiciendo lo largo

de mis nuevos pasitos,

y esconderme entre

un tapón de corcho y la pared,

justo a tiempo de que no me coma

el gatito de los cojones.

 

Y escalar las cenefas

de tu vestido,

y anclar el pie izquierdo

en un descosido,

y llegarte a los hombros

y sentarme en un botón,

y coger un poco de aire

y con un saltito

engancharte un cabello

e impulsarme

en un último salto final,

y acceder a tu deseo

atravesando la pared

del lagrimal.

Ahora un pie, ahora un brazo,

ahora el torso, ahora la cabeza.

 

Y ya dentro del deseo

ver si hay buen ambiente,

repartir unas tarjetas

ser amable con la gente.

Y con modales de joven

discreto y educado

presentar mis respetos

a la autoridad.

Escuchar con atención

batallitas curiosas

de los más viejos.

Hacerme fotos graciosas

con otros ilustres viajeros

y con un hombre con corbata

que no sé quién es.

 

Y en la nube de sueños

que tienes al alcance,

y entre otros que, lo siento,

pero ya jamás vivirás,

detectar un caminito

que me aleje del grupo

o una sombra tranquila

donde, desapercibido,

estirarme un ratito

y por fin relajarme

celebrando el placer indescriptible

que es estar contigo

hoy que te haces mayor.

 

Mientras fuera del ojo

las velas se van apagando...

 

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Comentarios: 3
  • #1

    lisi (viernes, 10 junio 2011 07:49)

    merci tío por el regalo.

  • #2

    Lucía (domingo, 15 enero 2012 08:03)

    Muchas gracias Jose!! Es una canción preciosa!!!! (:

  • #3

    Kolagenový nápoj (miércoles, 30 mayo 2012 08:33)

    good post

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Hacer lucir bien el catalán, ¡que es una buena faena!

 

(Els Amics de les Arts)